La cirugía refractiva engloba unas 15 técnicas quirúrgicas diferentes y todas ellas tienen la finalidad de mejorar la visión, eliminando los defectos y las dioptrías que nos hacen ver mal.
Gracias a estas nuevas técnicas el paciente con miopía, hipermetropía, astigmatismo o defectos combinados, puede en pocos minutos quedar libre de gafas o lentillas durante muchos años. Y es que, de momento, es imposible quitar las gafas para toda la vida a ningún ser humano, ya que por ahora no existe ninguna solución a la vista cansada, siendo un problema de edad y pasados los 40 años hace su aparición.
Además también pueden surgir otras enfermedades, como la diabetes, que pueden aparecer a lo largo de la vida provocan la aparición de dioptrías.
Este procedimiento consiste en realizar cortes longitudinales en la retina de forma radial, alisando el centro. Con ello el punto focal del ojo se sitúa más cerca de la retina mejorando la capacidad visual.
Esta práctica puede provocar debilitamiento de la retina, por eso desde que existen nuevas opciones casi no se usa. Indicado para miopía leve.
Es una forma derivada de la Queratomía Radial. En ella se realizan cortes en los abultamientos más acentuados de la córnea con el fin de alisar las deformaciones. Usado para eliminar el astigmatismo.
Emplea un Excimer Láser para formar una nueva superficie de la córnea. Para ello, como el LASIK, primero se debe retirar de la superficie de la córnea una delgada capa de tejido.
En la actualidad, el LASIK ha reemplazado este método, porque un estudio publicado en la Cochrane Library, dice que existe un mayor porcentaje de ojos tratados con la PRK que pierden agudeza visual seis meses después de la cirugía, en comparación con los tratados con LASIK.
Indicado para miopía, hipermetropía y astigmatismo.
Es la técnica más empleada, ya que bien indicada y ejecutada, es capaz de eliminar con una precisión de casi el 100% las dioptrías, sin casi riesgos serios para la visión (puede corregir desde casos de baja graduación hasta problemas de 15 ó 20 dioptrías).
No todos los defectos refractivos pueden ser tratados con el láser excímer, ya que si se aplica mal esta técnica, la mala visión resultante está asegurada. Incluso aunque el paciente esté contento con el resultado, no se puede predecir el futuro que le espera a su ojo, pudiendo aparecer años más tarde serios problemas.
El lasik consiste en cortar gracias a la acción de un bisturí especial la capa superior de la córnea y después con el Excimer Láser, el cirujano moldeará la córnea para dejarla sin defectos.
Es una operación quirúrgica sobre tejido vivo, por lo que aunque sea una de las más seguras y fiables siempre existen riesgos.
Está indicada para miopía, hipermetropía y astigmatismo.
Sin embargo, puede que el oftalmólogo proponga otro tipo de técnica para eliminar esas dioptrías, intervenga o no el láser, por lo que es bueno saber el máximo de información sobre cada una de ellas.
Es una técnica mejorada del LASIK, en la que se reemplaza el bisturí microqueratoma mecánico por un sofisticado láser que talla mediante el enfoque de la luz del láser en el plano córneal apropiado, realizando un flap (lámina) de forma perfecta.
El nivel de seguridad y precisión es enorme ya que el cirujano solo debe programar la profundidad y posición del colgajo corneal en un ordenador antes de la cirugía.
Consiste en colocar en el ojo un anillo de plástico con forma de media luna para alisar la córnea. Todavía no se ha estudiado su aplicación a largo plazo.
Se usa para miopías superiores a 10 dioptrías o personas que les puede suponer un riesgo el LASIK. Consiste en realizar una pequeña incisión en la córnea introduciendo la lente plegable en la cámara anterior del ojo. Una vez dentro la lente se despliega y permite un mejor enfoque de la imagen sobre la retina.
Antes de la colocación de la lente hay que hacer dos incisiones en el iris (iridotomías) con láser YAG para evitar el aumento de presión dentro del ojo. La recuperación es muy rápida y en una semana se consigue la agudeza visual definitiva. Al ser una técnica reciente se está estudiando el resultado a largo plazo.
Su diferencia respecto al resto de métodos es que interviene en el cristalino natural en vez de en la córnea. Consiste en implantar una nueva lente que puede ser elegida para una visión cercana o lejana.
Sirve para tratar cataratas y presbiopía (vista cansada).
Es una de las técnicas más recientes. Consiste en la colocación de unas lentillas especiales por la noche, al dormir, que van moldeando las córneas. Las lentillas duran un año y a su término hay que renovarlas. El resultado no es definitivo. Se aplica en miopías de 1,75 a 6 dioptrías y no hay bifocales, por lo que, aunque pueda tener una agudeza visual lejana muy buena, si tiene defecto para visión cercana tendrá que seguir usando lentes para leer.
Generalmente después de cualquier de estas operaciones puede surgir unas complicaciones, que se van a los pocos días, después de la operación: pérdida parcial o total de la visión, visión borrosa, infecciones, inflamaciones, dolores de ojo, deslumbramientos, imágenes fantasma, dificultad en la visión nocturna...
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